Como empresa de reformas integrales en Donostia queremos valernos de esta nueva publicación del blog para ver las grandes diferencias que existen entre los trabajos de rehabilitación y los de reforma.
En líneas generales, se puede decir que estamos ante una reforma cuando se trata de cambiar, modificar o sustituir elementos como pueden ser tabiques, materiales, acabados o alguna de las instalaciones. No hay necesidad de que se encuentren en mal estado de conservación. Es suficiente con que, cuando por ejemplo un inmueble cambia su propietario, al nuevo no le agrade la distribución o los acabados y desee cambiarlos.
Por otra parte, en una rehabilitación se cambian, modifican o sustituyen tabiques, materiales, acabados e instalaciones que estén ya en mal estado de conservación y que entrañen un peligro para la estabilidad del conjunto de la construcción. En Añorga Reformas te insistimos en que una rehabilitación puede afectar también a fachadas y tejados. A pesar de que se conserve parte de la estructura original, también se trata de una rehabilitación. Será integral si se abarca, por poner un ejemplo, la fachada, el tejado, las zonas comunes, las escaleras o se mejoran los aislamientos. De la misma forma, puede incidirse sobre las instalaciones generales del edificio como los desagües o los contadores del agua y la electricidad.
Qué pasa con los permisos de obra
Entre rehabilitación y reforma también es preciso citar las diferencias relativas a los permisos y licencias que es necesario tramitar. En la mayor parte de los ayuntamientos, para una obra de reforma no se pide licencia y tan sólo hay que presentar los planos y el presupuesto de ejecución material. Lo mismo ocurre con las rehabilitaciones parciales en las que no se toca ni la estructura ni la fachada de los edificios. La cosa cambia si se quiere reformar el tejado. En estos casos será obligatoria una licencia de obra mayor.
Según recoge el CTE, el Código Técnico de la Edificación, rehabilitar un edificio puede atender a varios propósitos. Puede tratarse de una adecuación de tipo estructural o funcional o por ejemplo de modificar la superficie de la vivienda. En resumen, una reforma, integral o no, y una rehabilitación de vivienda no serán nunca lo mismo. Porque mientras que reformar es modificar algo sin que tenga que estar en mal estado, rehabilitar es reparar lo que es inseguro, obsoleto o deficiente.