Como empresa de reformas integrales en Donostia sabemos que la cocina merece una atención especial porque, al fin y al cabo, es uno de los espacios de la casa que más se usan y que más expuestos están a la suciedad y al desgaste. ¿Por qué tipo de suelos se puede optar?
Comenzamos por los suelos cerámicos tradicionales. La base es de arcilla cocida en alta temperatura. En el mercado hay tres niveles de calidad cerámica. Las de primera calidad no tienen defectos, grietas, raspados, ni manchas. Las de segundo nivel presentan defectos apenas perceptibles y las de tercer nivel suelen tener los bordes imperfectos y formas irregulares. Por regla general, la cerámica actual esmaltada lleva dos capas que reducen la abrasión.
Por su parte, los pavimentos porcelánicos destacan por su dureza y baja porosidad. El suelo porcelánico es un tipo especial de arcilla, de una sola capa y cocida en altas temperaturas. Se pueden usar tanto en exteriores como en interiores.
Los pavimentos porcelánicos rectificados llevan cantos rectos, destacan por su dureza y por su baja porosidad. Precisamente por estas dos últimas virtudes estos suelos son ideales para las cocinas. Existe una amplia gama de acabados entre los que elegir. Por ejemplo, los que imitan a la madera, la pizarra o el acero. Además, en Añorga Reformas te recordamos que, si eliges colores oscuros, se disimulará mucho mejor la suciedad.
Otra de las alternativas para el suelo de la cocina es el vinilo. Estas planchas están realizadas con un producto sintético, similar al PVC. Este tipo de suelo suele tener una textura semidura y puede lavarse con agua y jabón cómodamente.
Los pavimentos de linóleo están fabricados con aceite de linaza y piedra molida, harina de madera reciclada, polvo de corcho, yute y pigmentos naturales. Son biodegradables y antibacterianos. Se pueden elegir con diferentes acabados como estampados o imitaciones de piedra natural.
Pasamos al suelo de microcemento. Es una mezcla de resinas y cemento que destaca por su fácil instalación. En cuanto a la limpieza y el mantenimiento no hay casi diferencias entre este suelo y los cerámicos o porcelánicos.
Por último, los suelos laminados de madera son algo más caros y necesitan mantenimiento anual. Podemos optar por distintas calidades y variedades en cuanto a la terminación o el color.